Publicaciones

Reseña de El Diario de Aarón:

Se trata de un libro valiente porque la autora ha contado su experiencia sin reservas, sin intentar adornarla. Lo hace en forma de diario y el libro de Ruth se transforma en “El diario de Aarón”. El tono de la narración es natural, fresco, como si fuera el niño quien hablara. Tiene la inmediatez de las notas tomadas a vuelapluma y la profundidad de lo sencillo.

Es un texto que abre el corazón porque, como tela de fondo y sin pretenderlo, sitúa al lector en la frágil frontera del niño: adaptarse al mundo o volverse loco. Por encima de todo, emergen la figura de Aarón como un pequeño genio en ciernes, con don de palabra, rico vocabulario, divertido en sus réplicas y la profunda empatía que Ruth siente hacia él.

El diario de Aarón tiene el sabor de los procesos terapéuticos llevados a buen puerto, con la satisfacción y la pena a partes iguales cuando terminan. Todo ocurrió porque, en palabras de Ruth, se dejó traspasar por la mirada de Aarón, a la vez que Aarón también se dejó traspasar por la suya. Me alegro por los dos.

 Annie Chevreux

FRAGMENTOS DE “DIARIO DE AARÓN”

“Hoy me has recibido hablándome de Nueva Zelanda, de la isla que tanto sabes que me gusta. Me miras con mucha alegría, como miras también a Sara, la profe de francés, a la que tanto quieres”.

“Te gusta también, como a Elías, hacer caminitos, o formas curvas, el fútbol, meter goles, las cosas mágicas, el chocolate, los animales, las pompas de jabón, que os haga cosquillas y que os toque alguien de confianza”.

“Poco a poco, he ido aprendiendo a leerte en muchos sentidos, a entender lo que tu cuerpo y tu mirada quieren expresar, a descifrar el lenguaje metafórico a través del cual, expresas las cosas de una forma muy bella y particular y eso nos ha servido mucho a los dos aquí, porque yo he ido desarrollando cada vez más mi intuición contigo”.

“No has querido entrar en clase de Lengua, me dices llorando y con mucho sufrimiento: “Don Quijote de la Mancha me odia”, entonces te he explicado que Don Quijote de la Mancha no te puede odiar, porque es el personaje de un libro y me has contestado: “La Lengua me odia” y he seguido explicándote que la Lengua tampoco te puede odiar, porque es una asignatura. He ido tirando del hilo, hasta que me has dicho: “La profe me odia” y es que resulta que, Ana, la profe de Lengua, hoy tampoco tiene un buen día y tú lo notas y con lo sensible que eres sufres mucho”.